Nota del editor
«Decíamos ayer…»
Estamos de vuelta. Luego de un lapso un tanto prolongado, abrimos nuevamente estas páginas para continuar escribiendo sobre los asuntos de interés para la abogacía puertorriqueña en todas sus vertientes. Retomamos el rumbo trazado hace mucho con los elementos de beneplácito de nuestros lectores: pertinencia práctica, brevedad, amenidad y variedad. Las raíces son las mismas, pero aprovechamos ahora el ramaje frondoso del árbol de la ciencia cibernética.
El temario de este primer número es evidencia de ello. Un abogado y notario nos da noticias de cambios poco conocidos en el registro de las bodas. Una asistente administrativa advierte acerca de errores en la práctica notarial. La capellanía en los penales nos acerca a la subcultura de los reclusos. Se nos hace patente la necesidad y conveniencia del seguro de responsabilidad profesional. Del conocimiento amplio de la responsabilidad médico – hospitalaria surge una aclaración de un dictamen judicial. El efecto de los excesos mediáticos en la presunción de inocencia queda denunciado. Y, por supuesto, conmigo al timón editorial, no pueden faltar dos palabras sobre la redacción, y también una recensión de una obra premiada por este Colegio.
Como tampoco pueden quedar fuera acercamientos amenos a ciertos temas. De ahí que un relato bíblico da pie para un señalamiento crítico sobre el derecho de familia. Un colaborador por partida doble comenta una moda lingüística y nos regala una caricatura de la actualidad.
Que aproveche.
Alberto Medina Carrero, editor
P.S.: Y a ver si se animan a colaborar…
Tengo un artículo que, es cortito pero, en mi humilde opinión, corre prisa para publicarse… es sobre el cálculo de la nota del LSAT en español y un posible “bias” en su contra..le interesa?